Begin the beguine (o de cómo reunir las piezas necesarias)
Begin the beguine era el nombre de un bar en el que he pasado muchas horas en mi vida. Algo decadente sin duda ya entonces y hace muchos años ya.
No por el sitio. El sitio era magnífico. Pero ya entonces había una evidente decadencia cultura. En el sitio no había cócteles de moda, no había música del momento, no había gente guapa y la mano del diseño IKEA ni estaba ni se la esperaba. Ésa suerte de pseudominimalismo que consiste en que todo sea blanco y poner alguna mierda de algún color aislada, descontextualizada y todo bien de luces led.
Creo que ya no existe. Y sé que si no existe durante todo el tiempo al que fuí no supe exáctamente cómo se llamaba. Ni que era una canción de Cole Porter. La ignorancia tiene hijos detestables.
¡Nah!, nada de éso, de hecho exáctamente lo opuesto, pero dejemos mis recuerdos sobre un bar y empecemos por el principio.
Vamos a hablar de cómo alojarnos nuestras propias cosas.
Quizás en el futuro merezca la pena hablar de lo que es más importante, ¿por qué? Pero si estás aquí, tú no lo necesitas y a mi no me apetece.
Si empezamos por el principio, que es cómo nos montamos cosas en un servidor propio tendremos que empezar por el tema del cacharro. El hierro. El dispositivo que tantas satisfacciones y disgustos nos va a dar. La máquina.
Tenemos multitud de opciones de todos los tipos, colores y presupuestos, naveguemos por algunas de ellas.
Si queremos ir con el signo de los tiempos, lo suyo es pagarse (hagamos lo que hagamos, algún dinero nos va a costar la broma ésta) una máquina virtual en algún proveedor de infraestructura. Aquí un poco lo que más nos guste. Sé que si me estás leyendo estás pensando en Amazon y Amazon es una opción, claro. Yo, sinceramente, me inclino más por un proveedor como Linode, pero a poco que busques encontrarás una pléyade de proveedores de cacharros en cloud que estarán encantados de alquilarte una máquina por unas cuantas perras al mes.
A mi me convence regular, la verdad. No dejo de tener la sensación que no soy el propietario del cacharro y que me lo pueden quitar en cualquier momento, así que la alternativa, si eres como yo es ponerte un servidor en casa.
Puestos a transitar por ése camino, hay dos cosas fundamentales a tener en cuenta. El coste recurrente (la luz) y el coste de inversión (el cacharro y sus discos).
Te diría que no te volvieras loco y pensaras en qué quieres montar. Si aún no lo sabes, que es lo más normal, yo la verdad que probablemente iría a por una Raspberry Pi (incluso tras su debacle de su CM en el Fediverso) sencillamente por la cantidad de documentación que hay, el tamaño de su comunidad y sobre todo si ésta es tu primera vez por la sencillez para instalar el sistema operativo.
Si Linux no te da miedo ni vergüenza, cualquier servidor del estilo de la Raspberry nos vale (y en algún momento hablaremos de la sinofobia) pero ten en cuenta que vamos a levantar servicios que le van a arrear duro al almacenamiento, así que nada de tarjetas SD, por el amor de Cthulhu (bueno o sí, pero tú sabrás) así que un SSD enchufadito a tu mini-ordenador y a empezar a funcionar.
Si quieres ir más a lo grande puedes ir a por una NAS comercial (QNAP, Synology… algo del estilo) y si quieres que en la otra vida te metan en la habitación de los frikis puedes lanzarte a montarte tu propio mini-servidor con una CPU algo más potente, aún venden placas con el chip j5040 (Asrock) que son de lo más apañadas, pero ten en cuenta que va a estar encendido 24 horas al día. No es que te vaya a pegar un patadón a la factura de la luz pero sí que lo vas a ver mensualmente; es crítico poder balancear la potencia del servidor de acuerda a las necesidades que tenemos y el consumo energético.
Gentes de la gleba: «Oye, oye, que si me voy a por un SSD y una Raspberry o similar que es lo más barato que veo, ésto es un desembolso de dinero y ahora mismo no seré molón auto-alojando mis cosas pero no me gasto dinero«
Calma, calma, guardad aún las horcas y las antorchas.
Sí. Ya os lo avisé en el post anterior. Ésto cuesta dinero. Ahora, que ahora mismo no gastes dinero es lisa y llanamente mentira ¿O los 120€ al año de Spotify son gratis?, ¿y el dinero que te gastas en Dropbox/Drive/similar?, ¿y el de Netflix/HBO/lo-que-sea-que-uses?
Te propongo un ejercicio. Siéntate en tu mesa más comfortable y suma, pero con el detalle adecuado la pasta anual que te gastas en servicios de éste tipo (tecnológicos). Ahora mira la suma total.
Pues con todo ése dinero gastado, cuando llegue el 31 de Diciembre, no serás propietario de nada. Es, literalmente, dinero quemado.
No parece barato, ¿verdad?
Desde luego, gratis no es.
En el siguiente paso… ¿Qué es Docker?, ¿por qué deberían dispararte en las rodillas si haces chistes con la marca de pantalones?, ¿necesito saber mucho de Linux para usarlo?, ¿por qué éste blog me lleva por el amargo camino de la consola en negro y por qué no le puedo dar a un botón y ya? y otras temáticas igualmente epatantes.